El beso de Judas
Lo que más detestó Jesús en su vida pública fue la hipocresía y esta tiene en la incoherencia la expresión más evidente. Incoherencia es aquella actitud que en una persona no coincide entre su discurso y la vida. Jesús nos lo recuerda de muchos modos en el evangelio y a los incoherentes los llama hipócritas. En una oportunidad le decía a las multitudes excluidas que lo seguían, poniéndolos alerta frente a los sumos sacerdotes, fariseos y maestros de la ley: “hagan y cumplan lo que ellos digan, pero no los imiten; porque dicen y no hacen” (Mt. 23, 3), es decir eran incoherentes. Y de muchas otras maneras Jesús fustiga a los hipócritas por sus palabras vacías sin testimonio. Pero es que los hipócritas no son solo hipócritas, son también traicioneros, son Judas que dan un beso pero llevan las armas en la retaguardia, dan besos fríos con olor a sepulcro. Detrás de cada discurso acompañado de antitestimonio, se esconde una traición, una incoherencia, una mentira, un hipócrita